En pocas palabras, mi historia personal es que nací y crecí en el seno de una familia y un barrio humildes de Barcelona.

Después de acabar los estudios universitarios en Ciencias Empresariales, trabajé en varias empresas como administrativa y gestora. 

En mi mente siempre cabía la posibilidad de encontrar un puesto mejor, con mayor salario, mejores condiciones laborales, que pudiera compaginarlo con mi vida personal.

Y la vida me lo dió en una multinacional. Pasé por varios puestos de trabajo y, durante mi estancia en esta empresa, fui madre.

Aquí empecé a ver una realidad de la que, hasta ese entonces, no había sido consciente: vivía con un estrés mental y laboral desmesurado.

Trabajaba horas extras no remuneradas. Por más que trabajaba, el volumen nunca disminuía. Empecé a encontrar muchas dificultades en mi día a día, y de ninguna de las maneras encontraba un equilibrio entre lo profesional y lo personal. Esto me hacía sentir muy culpable, pues no estaba presente, ni en el trabajo, ni en casa.