Aprende a cambiar tu percepción del tiempo

Publicado el 9 de diciembre de 2024, 18:01

¿Sientes que la Rutina laboral te absorbe? ¿Te quedas sin tiempo para ti al final del día?

Sostener como mínimo 40h de trabajo semanal, más el tiempo que cada uno dedica al desplazamiento; recoger a los niños del cole; ir a comprar lo que siempre falta de comida; organizar el día siguiente; limpiar; si queda tiempo, ir al gimnasio o a practicar algún deporte...

Todas estas tareas se han convertido hoy en día en casi un suplicio en la vida de las personas, pues no se ven capaces de sostener ese ritmo que, aunque logran meterlo todo con calzador en su día a día, se sienten abrumados, colapsados, estresados, frustrados y con ansiedad.

Por si fuera poco, todos estos estados se agravian con el sentimiento de culpa:

1. Por si no se ha podido realizar todo lo que había en el "To Do list", o

2. Porque se ha logrado acabar, pero ha implicado un enfado de la pareja o una pataleta de los niños porque "he ido al gimnasio".

Todos estas emociones y estados mentales sólo llevan a las personas a un bucle infinito de pensamientos negativos, que seguirán retroalimentando el estrés y la culpa, hasta el punto donde a cada uno le resulte insoportable sostenerlo por un minuto más. No sólo es el malestar que uno mismo puede corroborar en su interior, sino que, además, ese estado de supervivencia genera una percepción del tiempo que no es real. La ansiedad es tal, que uno percibe que el tiempo se le escapa de las manos, o que no tiene tiempo para hacer todo lo que debe hacer.

Llegados aquí, uno mira hacia fuera para buscar soluciones y huir de ese malestar con el que no pueden lidiar más y poder recuperar algo de tiempo dentro de su nefasta rutina:

 

  • Van al médico para que les alivie ese infierno con pastillas.
  • Comienzan a compartir su malestar con sus amigos, aunque lo hacen tanto y tan a menudo, que esa historia se acaba convirtiendo en una forma de vida.
  • Otros van dando tumbos y encuentran píldoras de mini cursos para aprender alguna técnica que le ayude a gestionar todo eso.
  • Como último paso, otros acudirán a un terapeuta o psicólogo profesional que les ayude a salir de ahí.

Normalmente, se suele salir de estas situaciones, aunque uno se va dando cuenta de que esta historia cada vez se repite más y, además, con más frecuencia. Entonces, ¿hay alguna solución que se pueda aplicar y que no dependa de los demás?

 

Déjame compartir en estas líneas la solución que alguien me dió una vez y que, llevada a la práctica con dedicación y perseverancia, tiene enormes beneficios: La solución no está fuera, sino dentro de ti mismo.

 

Nada más escuché esta frase, me empezaron a bombardear pensamientos como "¿Qué dice?, ¿Esto qué significa? Yo no sé hacer esto..." y un largo etcétera. Con el tiempo y la práctica, he corroborado que efectivamente esto es así. 

 

Fíjate en tu rutina diaria. Escríbela en un papel si hace falta. No te dejes ningún detalle, desde que te levantas hasta que te acuestas. Una vez que la tengas, reflexiona sobre estas preguntas:

 

- ¿Dónde está tu atención durante el día: en la crítica de lo que acontece o en conocerte a ti mismo para estar en paz con lo que acontece?

- ¿Cuántos minutos te dedicas a observarte a ti mismo: a cómo se siente tu cuerpo, qué emociones sientes o qué tipo de pensamientos tienes?

- ¿Eres consciente de todos los pensamientos que surgen en ti? ¿Son repetitivos o aleatorios? ¿Son positivos o negativos?

- ¿De qué manera practicas el silencio y la reflexión?

 

Puede que alguna respuesta indique que prestas atención en determinados momentos o a determinadas cosas sobre ti mismo, pero eso no es suficiente.

 

La falta de atención en ti mismo y en todos los niveles que te componen, tiene implicaciones directas sobre el estrés, la ansiedad, el colapso mental, la culpa y la falta de tiempo:

 

1. Cuando no practicas el silencio poniendo la atención en, por ejemplo, tu respiración y tu cuerpo, no estás escuchándote ni a ti ni a lo que tu cuerpo te está comunicando sobre cómo te sientes.

 

2. Lo mismo cuando no prestas un tiempo de atención a tus emociones: ellas te traen una información muy relevante sobre los próximos pasos que deberías dar.

 

3. Igualmente, cuando no dedicas un tiempo a observar qué pensamientos surgen en la mente, no te estás conociendo y, por tanto, te vas a dejar llevar por cada uno de ellos, creando historias y/o escenarios que, probablemente, jamás pasarán.

 

4. Cuando dedicas un tiempo diario a observar todas las dimensiones en silencio, la percepción del tiempo se ralentiza. Donde antes creías no "tener tiempo", ahora eres capaz de hacer todo aquello que te plantees.

 

Vivimos en la sociedad de la inmediatez. De que las soluciones tienen que ser rápidas. De que queremos dedicar el mínimo tiempo y esfuerzo posibles para estar bien. Entonces, esto nos lleva a ser eternos consumidores de la felicidad temporal: de las vacaciones, del ocio, de técnicas que no impliquen una acción directa, sino que me las apliquen para yo estar bien, y un largo etcétera.

 

El estrés, la ansiedad, la frustración, la culpa y la falta de tiempo se pueden:

- Eliminar

- Aprender a prevenirlas

 

La práctica diaria de la atención en ti, te traerá todas las respuestas que necesitas para dejar de buscar una solución fuera. Tú eres el único que puede hacerlo. ¿Estás dispuesto a invertir en tu paz y equilibrio?

 

Todo depende de ti

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